
Tengo una excelente noticia. No para ustedes, sino para mí.
En una ocasión le hice una entrevista al Ruso Berea, y entre las gansadas que le escuché decir (realmente la entrevista fue olvidable) dijo algo interesante. Mencionó algo así como "si nunca te ofrecieron transar, no hablés..." El argumento me parecía bueno, no hasta el final, pero bueno... Es decir, yo lo comparto en un punto. Si nunca te ofrecieron un mango por tu alma, tu opinión es válida, sí... pero tiene un límite cercano. Es válida como cualquier opinión válida, como cualquier oración un poquito coherente... como cualquier "sujeto - verbo - predicado" más o menos bien formulado. Nada menos. Nada más.
Hoy me ofrecieron por mi alma 4 lucas verdes. Taca taca. En la legalidad más absoluta. Sin consecuencias (de las "exteriores visibles", las otras... las kármicas siempre están, pero eso es otro problema que no viene al caso).
Cuatro lucas verdes arriba de la mesa. Cuatro lucas legales. Cuatro lucas que no manchan mi buen nombre.
Cuatro lucas en un momento de mi vida en el que no sé de qué me voy a disfrazar en unos meses. Cuatro lucas que pueden ser cruciales. Vitales.
Cuatro lucas verdes.
Dije no.
No pude.
No sé lo que vale mi alma. Seguramente tiene precio. Pero vale más que eso.Un dato es un dato. Algo es algo.
Sé que mi alma vale más que cuatro lucas verdes.
Una posdata: la palabra "no", decir "no", conlleva a veces una soledad estructural desoladora.
Compañeros del Movimiento PWR, les juro por la memoria de mi madre que no manché el honor del movimiento.
Mich.