El Cachorrito, Flor y yo llegábamos finalmente a un morferío en el que nos aposentamos dispuestos a avanzar feroces contra unas milanesas con ensalada y papas fritas. Felices y juntos. Llegaron las bebidas. El Cachorrito levantó su copa y dijo: "suerte pa' todos". Reímos y bebimos. Y en ese brindis mismo me invade y aún persigue una salvaje sensación de intemperie y desamparo.
en el cielo y se lo pierde en el infierno y se lo pierde frente a dios y lo ignora en el desierto y no lo sabe en el océano y se lo pierde frente al enemigo y se lo pierde se lo pierde.
Entro a la Reina Hamburguesa, demolido, acalorado, trasnochado, operando sólo con el piloto automático. Esas hamburgueserías son especiamente eficaces para profundizar el sentido decadente. Lo resisto, saco un libro, leo. Ataco la hamburguesa, sorbo coca, mastico papa y en aquel enjambre de animal solitario veo en el papel que hace de mantel en la bandeja este texto Imaginé al escritor. Imaginé su dolor. Su placer. Su sentido del triunfo. Su billetera. Flaca. Gorda. Imaginé al escritor. Imaginé demasiado para un animal solitario.
en aquel Entonces, cuando decidí, lo hice bien. pero pensaba que lo hice mal. y Ahora, cuando decido, decido mal. y pienso que lo hago mal.
Se me ocurren dos senderos del cogitatio. Por un camino concluyo que voy mejorando, y por el otro que me voy al carajo. Qué fenóooomeno!!! Patapúfffffffete!!!!!!!!!!